En 1948 Ramón Colom Baste de Barcelona empezó a fabricar figuras en caucho vulcanizado representando soldados en combate y en desfile. A menudo se considera a estos innovadores soldaditos como toscos y llenos de imperfecciones pero lo cierto es que a mi entender manifiestan una gran expresividad y movimiento. Las piezas que marchan solemnemente al paso revelan con su sobriedad de estilo una monumentalidad silenciosa que las hace únicas.
Los soldados COBA no son en absoluto convencionales y poseen una personalidad propia e inconfundible.Además atesoran unos valores artísticos poco habituales.La rotundidad de las formas, la austera y elegante distribución del color y detalles tan sutiles como la elección de una tinta transparente de azul ultramar para las peanas los convierten en verdaderas obras maestras del género.
Resulta dificil poseer figuras en buen estado de conservación. Las imprevisibles reacciones químicas asi como las condiciones climáticas a que se han visto sometidas hacen probablemente que encontremos piezas resecas y quebradizas o por el contrario blandas y deformadas.Son pocas las que mantienen su tonicidad original.Es complicado devolver su aspecto a los soldados excesivamente reblandecidos.Por el contrario a los marchitos y acartonados es posible darles forma sin quebrarlos aplicandoles previamente calor seco.
Las figuras Colom Baste consiguen por sus características evocar formas artísticas primitivas,de tiempos remotos,como el arte íbero o del próximo Oriente.
