Hablar de Palomeque es referirse a la cumbre en la fabricación de soldados de plomo nacional y posiblemente internacional.En un breve lapso de tiempo, de 1922 a 1936, (año en que desgraciadamente se truncó de forma accidental la fabricación de "palomeques") se desplegó en el taller de Leganés una febril actividad que dió como resultado una colección de figuras que cubrían de forma sorprendente practicamente todos los episodios de la Historia Militar española. Es bien conocida la costumbre de Palomeque de llevar consigo siempre un pequeño bloc de notas en el que tomaba apuntes durante sus visitas al Museo del Ejército o en cualquier ocasión propicia, que más adelante utilizaría para diseñar nuevos modelos. Efectivamente Palomeque fué un gran impulsor en materia de Uniformología ya que en aquellos años era escaso el material disponible en este campo.
Palomeque no fué un grabador de figuras tal como lo fué Sánquez.Curiosamente los troqueles los realizaba un personaje de origen filipino, de vida bohémia , y que cobraba unas 500 pesetas de la época por molde.En los moldes de los caballos siempre incluía el grabado de una cabeza para aprovechar el bronce. Resulta sorprendente que dada la gran variedad de modelos diferentes que se fabricaron el número de moldes fuera bastante reducido. Y es que Palomeque se caracterizó por incorporar en sus figuras un delicado trabajo de transformación y decorado.A pesar de no ser el artífice de sus propias figuras Palomeque fué el alma y el organizador de toda la fábrica y sin su dirección y entusiasmo aquella gran obra no hubiera sido posible.
En 1873 el padre de Palomeque abrió una tienda en la calle del Arenal de Madrid dedicada a la venta de imaginería religiosa.Su hijo Pedro Palomeque Mateos - que ahora nos ocupa- ya desde pequeño sentía una inclinación militar siendo ésta su verdadera vocación , sin ambargo las circunstancias le obligaron a continuar con el negocio familiar. No obstante , en 1922 decide fundar un taller de soldaditos de plomo en una casa en el pueblo de Leganés a las afueras de Madrid iniciándose asi la trayectoria de esta legendaria firma.La pequeña fábrica era regida por dos empleados , padre e hijo.El mayor era el encargado de la sección de fundición con la colaboración de dos obreros y el hijo de la marcha del negocio.El decorado era llevado a cabo por un grupo de mujeres de Leganés que de esta forma podían complementar el suelo de sus maridos. Parece ser que en algún momento de la historia del taller colaboraron tres personajes que posteriormente llegarían a ser figuras capitales en la Historia del soldado de plomo. Nos referimos a Joaquín Vázques " Sánquez", Tello gran escultosr de figuras y célebre por sus tallas en madera y Julio García Castresana.
Las figuras todas en 45 mm se vendían en la tienda de la calle del Arenal.
Cada año Palomeque ampliaba su catálogo con una nueva serie.Con las nuevas figuras montaba un escaparate en la tienda de la calle Arenal y posteriormente se comercializaban.Asi surgieron su Misa de campaña , el Sitio de Zaragoza , el Abrazo de Vergara , el Entierro del mariscal Foch y tantos otros temas que hicieron las delicias de los aficionados ya que los dioramas estaban diseñados con todo lujo de detalles,edificaciones, arbolado,etc. Muchos coleccionistas acudían a Madrid expresamente para contemplar el nuevo escaparate y comprar algunas figuras.El trabajo de Palomeque fué ampliamente reconocido cosechando diversos premios en varias Exposiones y Certámenes .
Durante la guerra civil española cuando entraron las tropas nacionales en Madrid, los Regulares penetraron en el taller de Palomeque y se incautaron de todo el material para fundirlos y convertirlos en municiones.Este hecho resultó catastrófico para la Historia del Miniaturismo Militar ya que de un solo golpe se perdieron para siempre los troqueles y cuanto material existia en el taller de Palomeque.La pérdida fué irreparable y el desencanto de Palomeque fue tal que cuando años mas tarde el Ministerio del Ejército le encargó la fabricación de unas figuras en escala reducida para el adiestramiento de sus oficiales en las Academias Militares , Palomeque prefirió ponerles en contacto con uno de sus más destacados discípulos llamado Joaquín Vázquez " Sánquez" que cumplió a la perfección con el encargo realizando sus celebradas figuras para "el cajón de arena".
En la fotografia superior un grupo de tropas carlistas por Palomeque.(Colección José María Sanz Hermida)